31 diciembre 2005

Nochevieja feliz

¡Dentro de nada... Nochevieja, ¿eh?! ¡Qué estrés! Yo en Nochevieja me siento... me siento... no sé, me siento como un toro, ¿no? Cuando llega la fiesta miro alrededor y me da la sensación de que todo el mundo se lo está pasando bien, menos yo.
El estrés comienza con la cena. Aquello parece una prueba del Gran Prix: tienes que llevar tanga rojo, tener algo de oro para meterlo en la copa, preparar las doce uvas... Y contarlas varias veces, porque, como son todas iguales, te equivocas:
-Una, dos, tres, cuatro... una, dos, tres, cuatro, cinco, seis... Esta pocha ya la he contado.. Una, dos... siete, ocho.. ¡Joder, las doce menos veinte! ¡Chavalín, trae el Rotring, que las voy a numerar, como en el Bingo!
Y tu madre:
-¿Quereís venir, que se enfrían las gambas?
Que ésa es otra: te tienes que comer todo lo que está en la mesa... ¡antes de las doce!; que, con las prisas, más que pelar gambas, parece que estás desactivando una bomba.
-¡Coño, las doce menos diez! ¡Mamá, no me da tiempo: hazme un sándwich con el cochinillo, que ya está terminando Cruz y Raya!
Y no eres la única que está agobiada, ¿eh? No hay más que ver la tele. Allí están Ana Obregón y Ramón García, explicando a toda España cómo funciona un reloj. Acojonados por si se equivocan:
-Cuando la aguja pequeña esté en las doce y la grande también... serán las doce.
¡Coño, como todas las noches!
-Y entonces bajará la bola y... luego vienen los cuartos, ¡no vayan a empezar a comerse las uvas, ¿eh?!
Vamos a ver: ¿por qué nos explican mil veces que no nos comamos las uvas en los cuartos y nadie nos explica por qué coño tiene que bajar una bola? ¿Qué clase de reloj es ese?
Cuando por fin llegan las doce, en toda España se oye lo mismo: Cla, cla, cla, cla... "Eso es la bola": cla, cla, cla... Din-don...
-¡Ah no, qu son los cuartos!
Din-don..
-¡Escupid que son los cuartos!
Din-don...
-Pfffb... ¿que son qué?
Din-don...
-Los cuartos...
Ton...
-¡Una!
-¡Que no, que vamos por la segunda!
Ton...
-Pues me meto dos...
Ton...
-Seis...
-¿Cómo que seis?
Ton...
-A mí ya no me caben más, ¿eh?
Ton...
-¡Eh!, ¡deja mis uvas, cabrón!
Ton...
-¡Es que se me ha caído una al suelo!
Ton...
-Bgrfd...
Ton...
-Bggggdffff...
Ton...
-A mí ya no me quedan...
Ton...
-Bgggggdffffff...
-¡Pues a mí me sobran cuatro!
Ton...
-Bfgggg, grounffff...
Y cuando acaban, toda la familia con la boca llena de babas, a darse besos:
-Fediz andio, eeeeeeh, fedicidadez, grfdddfd...
Y suena el teléfono: ¡riiiinnngggg!
-¡Pebo collo! ¿Ya esdán llabando? ¿No se pueden esperab?
-Pued a mí todavía me zobdan dof...
Pero, bueno, ¿a ustedes les parece lógico empezar el año así?
¡Qué estrés, de verdad!
Pero como es Nochevieja... tienes la obligación de divertirs. Así que después te vas a un fiestorro a un sitio en el que, si caben mil personas, el dueño ha decidido meter a cinco mil doscientas. ¡Muy bien! ¡Cuatro mil doscientas más de las que caben! ¡Quédate en la calle si te apetece, con la pelona que está cayendo!
Así que entras. Lo bueno que tiene ir a un sitio así es que te puede pasar cualquier cosa. A mí el año pasado me ocurrió de todo. Yo estaba tan tranquilo, tomándome un cubatita de garrafón, cuando de pronto un tío me cogió por detrás y me dijo:
-¡¡¡¡COOONGAAA!!!!
Y, claro, qué vas a hacer, pues te pones a bailar... ¡Eso te lo hace un tío en el autobús y le parte la cara! ¡Pero como es Nochevieja...! ¡Pues hala! Y de repente te das la vuelta y llevas a cien personas enganchadas a tu culo. ¡A ver cómo te escapas de ésta! Porque una conga es como una secta: entrar es muy fácil pero salir es muy jodido. Porque en el garito hay como doce congas girando a toda pastilla...
Bueno, pues yo iba conduciendo mi conga... por mi derecha, cuando, de pronto, me veo venir en dirección contraria una conga suicida acojonante conducida por un gordo con un casco de vikingo. Yo le iba a hacer ráfagas, pero como las congas no llevan ni luces ni nada... pues, para evitar la colisión, di un giro brusco a la derecha... ¡Y me tragué entera una columna de espejitos! ¡Siniestro total!
Doce heridos leves y una columna de espejitos destrozada. Y yo, con una ceja abierta tirado en el suelo pensaba: "Joder, como me hagan soplar ahora, la hemos cagao".
Y en ésas, me desmayé.
Al despertar estaba en la sala de espera de urgencias, rodeado por todos los de mi conga. Algunos todavía no se habían desenganchado; habían venido corriendo detrás de la ambulancia.
Bueno, las urgencias en Nochevieja, hay que vivirlas. Si en la sala caben cincuenta personas, el dueño ha metido a ciento cincuenta... Como el de la discoteca. Y como allí también es Nochevieja, el camillero lleva un gorrito de moro, la enfermera un collar de hawaiana, y el que te cose la ceja unos dientes de Drácula, ¡que te da una confianza...! El tío te dice:
-¿Qué ha sido? ¿Con una moto?
-No, con una conga.
-¡Ay!, si es que van como locos con las congas...
Cuando salí de allí me quería ir a mi casa, pero como era Nochevieja, acabé a las ocho de la mañana con la ceja grapada en un bareto...
-Oiga, póngame un chocolate con churros.
-Pues sólo nos queda Nesquick y algunos dónuses... Es que los últimos churros se los han tomado los de una conga, ¡traían un cachondeo...! ¡Había un gordo que llevaba un casco de vikingo...! ¡No le digo más! Y es lo que yo le digo a los clientes: si no disfrutas en Nochevieja, ¿cuándo vas a disfrutar?
Pues eso: que me siento como un toro.

27 diciembre 2005

el ángel vampiro



Un ángel se suididó en la noche, su sangre se hizo alimento de los inmortales, el sol le condenó a jamás verlo, le juro la muerte si se presentaba a él y la luna lo acogió presentándole a sus hermanos: el tiempo, las sombras, el misterio, la oscuridad. El ángel vampiro, su divina sangre rezuma por las entrañas del oscuro, un paso más del sobrecogedor poder de las sombras. Después de 2000 años aun pasea por la noche. Ofrece la sangre que los vampiros necesitan para curar sus heridas. Ángel, padre de los vampiros, hijo del dios corrupto, que con la madrugada del tiempo la oscuridad lo invadio todo... Las velas se apagan con el viento de la distancia, ventanas rotas caen, cristales que sangran, tristeza por el oscuro callejón que atraviesa mi pecho, no quiero acabar terriblemente solo.

25 diciembre 2005

sigue buscando...

Harta de poner cara de buena persona día tras día y tragar más mierda cada año, siempre lo mismo, un poco de cal y no toca nunca arena. Estamos locos o que? Estamos tontos. Si tenemos dos orejas y una sola lengua, porqué no escuchamos más y hablamos menos... Hierven los clubs y los adolescentes comen pastillas de colores, y la violencia sale a borbotones de mi ser sin poder contenerla me quedo pequeña para tanta angustia. Que qué haría si no tuviera miedo? lanzarme a gritar absolutamente todo lo que se me pasa por la cabeza, y qué tendríamos entonces? demasiados insultos demasiadas amenazas demasiado dolor demasiada agresividad y torrentes de sangre. Eso somos.
Todo lo que no hacemos no es por principios, es por falta de medios, y por inconsistencia de consecuencias. Reniego de la responsabilidad de mis actos, entonces podré clavarte el cuchillo que llevo años afilando en el centro de tu corazón y no sería culpable. Y hacer lo que quiero. Ves reflejos en un cristal de lo que podría ser yo y te giras. Soy yo. Siempre he sido yo. Qué harías si no tuvieras miedo?

19 diciembre 2005

breaking the habits

Sale el sol por la mañana, por la mañana sale el sol. Sale el sol por la mañana y por la noche salgo yo. Retomo mi vida vampírica, gótica, oscura y siniestra para reencontrarme conmigo misma y dejar atrás por fin todo aquello que me pesa. El tiempo pone a todo el mundo en su sitio y la cabra tira al monte. Super a favor del pelo negro, los ojos negros y los collares de pinchos. Viva la elegancia, y me alegra que el resto del mundo sea tan ordinario porque me hacen sentir especial.
Hace demasiado frío como para soportar ciertas cosas, y tengo sólo una vida por delante como para desperdiciar un sólo minuto más en algo que no me cunde.
Realmente las preocupaciones de la humanidad que se recogen en la caja tonta me resbalan por la espina dorsal. Al fin y al cabo, aunque digan que los que nos hemos criado en la fauna ibérica de la calle y la mala gente sólo somos eso... mala gente. A mí el tiempo sólo me demuestra que el mayor problema de la humanidad es precisamente la falta de problemas. Es como si las personas inseguras hubiesen tenido demasiado tiempo para pensar en sí mismas. Y aquellas con muchos complejos habrían desperdiciado mucho tiempo mirándose al espejo. Si somos dueños de lo que callamos y exclavos de lo que decimos, confío que el resto de mi vida me pueda sentir tan libre como me he sentido hasta ahora.
Llegados a este punto, me toca todo el coño.

born to be sad



"Cada mañana salgo de la cama pisando arenas movedizas... y parece como si me gustara. Le he cogido la costumbre a ese pum pum del corazón casi histriónico y creo que no podría vivir ni un sólo dia sin esta adrenalina de estar constantemente cayendo al vacío. Desde lo más alto. Si. Me gusta. La gente me mira horrorizada sin entender cómo aguanto y yo prefiero esto a ser normal y estar tranquila. Veo mujeres por la tele y me siento identificada. Ya saldré de aquí cuando me sea más cómodo. Ahora no se puede, tengo que encontrar el momento. Y aunque a veces confieso que no quiero estar así, en el fondo no sé si sería capaz de soportar el cambio"
No. No lo eres.
Ni tú ni veinte como tu.

12 diciembre 2005

girl, you'll be a woman soon...



Te levantas un día de la cama con ganas de nada más que de seguir ahí, abrazada a lo que tienes al lado. Eso que te cuesta tanto mantener, un poco de amor.
Se me pegan las sábanas, no hay Dios que mantenga nada con este frio. Y de pronto me siento tan llena y tan vacía a la vez. Como si todo lo que he visto en mis películas ya lo hubiese vivido. Ya he sido pretty woman y también he sido la de dirty dancing, aunque me gustó más ser la de instinto básico. En fin una nunca termina de desear cosas. Y si no fuera tan pequeña, no sería tan mala. No es fácil vivir en un mundo donde no llegas a nada, donde las cosas te quedan demasiado altas, donde tu fuerza no es suficiente para abrir el puto bote de la mayonesa y donde no resistes más de una hora de angustia y ansiedad porque el lexatin siempre puede más, y ser canija es tan gracioso y yo me cago en todo lo gracioso. Como siempre todo a su tiempo, me siento rodeada de críos, gente infantil que sólo se preocupa por las apariencias, por las drogas y por las cosas que están vacías. Muñecas barbies de rosa, niñas que juegan a ser princesas para que los niños que juegan a ser guerreros las traten como putas. Qué esperabas, no ibas a ser distinta que cualquier otra. Ni por tu exterior ni por tu interior porque al final, a nadie le importa más que lo que vales durante un rato. Y a nadie le va a importar si eres tu misma o estás fingiendo.
Entonces de qué te quejas.

11 diciembre 2005

vampiros




En la vida se suceden una serie de “apariciones” a las que denominamos relaciones. No voy a distinguir entre hombres y mujeres, entre relaciones de pareja o amistad. Al final el sentimiento de rechazo es el mismo.
Se diría que uno tiende a buscar un patrón de comportamiento en las personas de tal manera que sienta utilidad, que sienta control. En mi caso esto se ha repetido a lo largo de toda mi existencia, y al final he tenido la triste sensación de llevar años y años soportando que encuentro lo que busco y que me acaba agotando.
Lo que realmente ocurre es que hay muy pocas cosas que llamen mi atención, estoy acostumbrada a conseguirlo todo porque el destino así lo dispone. Lo malo de que nada llame tu atención, de que pocas cosas te entretengan o te hagan disfrutar es que al final vives engañada porque lo que te rodea debería interesarte ya que lo has elegido tu. Tu. Tu. Tu. Incluso llegas a pensar que el hombre que duerme a tu lado es el que quieres.
Despertar de ese sueño duele.
Duele caer en la duda de haber querido a alguien alguna vez, por lo menos durante un intervalo de tiempo prolongado. En mi opinión sólo amamos con el corazón los primeros 30 días. El resto del tiempo ya todo nos molesta. Así, cuando todo se acaba y suena esa horrible pregunta: pero tu me quieres? Dan ganas de contestar: “Te quise un mes.”
No pongas esa cara porque yo te he querido las 24 horas del día durante muchos muchos meses y lo que me queda, sin embargo esto va unido a una intensa sensación de frío, y ahora después de que todo por fin haya pasado, ayer llego a casa a las 6:00 de la madrugada en pleno mes de Julio y sigo sintiendo el mismo frío. Es injusto.
No creo que yo haya sido caprichosa, quizá si he buscado un patrón y de todos los tipos de personas que hay yo he ido siempre a parar con el mismo. El tipo vampiro. No tienen muchas características comunes, no es un animalillo nocturno, es una sensación. Aquel que te absorbe la sangre hasta dejarte seca, y te deja inerte como una muñequita de trapo con los ojos volados mirando al techo con ganas de caer en un contenedor de basura.
Después de varías extracciones me he dado cuenta que a mí no se me puede sacar mucha sangre, porque en todo caso me faltan unos 10 Kg. de pesode esta, así que me he colgado un cartel emocional que dice: no soy donante.

04 diciembre 2005

viento



No puedo dormir. Llevo media vida mirando al techo. Esperando que se cierren mis ojos. Pensando sin descanso cómo sería todo si yo no estuviese aquí.
Igual.
Me temo que todo sería igual. Y me alegro por vosotros.

No tenéis que hablar para comunicaros conmigo. Las cosas se perciben. Yo percibo la alegría, la emoción y la tristeza. Con eso me sobra.
No es muy difícil, lo he puesto en práctica y no es muy difícil huir del dolor, y acercarse a las cosas que me dan calor. Yo busco una sonrisa con cada cosa que me sucede, sino, sabré que no ha merecido la pena.
Está todo ahí, dentro, y somos casi transparentes, qué remedio.

Vivo en un castillo de tres torres guardado por dragones con afilados colmillos donde todo es oscuro. No tengo corazón.
Aunque a menudo me paseo por la orilla y construyo nubes con la espuma del mar, eso sí, que no se entere nadie. ¿Duermes conmigo?

Todavía dudo. A veces no recuerdo que ya he crecido y que me han pasado todas esas cosas, que lo he aguantado todo. Que ya soy libre. Y que no tengo que parecer fuerte para serlo. Que mi sensibilidad es precisamente mi mejor arma. Y que la debilidad es justo lo que hacen los demás. No tengo ningún problema en admitir, que realmente no cambiaría nada de mí porque lo echaría todo a perder. Llevo 17 años guardando mi equilibrio, recogiendo de todo lo que veo y de todo lo que escucho sólo aquello que me hace sonreír y ahora estoy llena de alegría. Yo no soy nada, yo no quiero ser nada. Pero llevo conmigo todas las ilusiones.

Emito destellos. Eso es todo. Creo que he cercado mi intimidad, siempre he sido muy territorial y ahora más que nunca.
No esquivo las cosas, directamente paso por encima de ellas.
Soy capaz de olvidarme de mí. Eso lo sé, sé que puedo entregarme en cuerpo y alma a quien lo merezca, no me siento invadida, ni mucho menos, me siento completa.
Sé que puedo querer, que lo daría todo por amor. Qué le voy a hacer, crecí en un mundo infinito, donde da tiempo a todo y todo es poco. Donde todo sucede en su momento. No conozco límites porque nunca los impongo.
Para mí todo vale. No hay reglas porque esto no es un juego. Sólo tengo que mirar dentro de mi corazón para ver lo que está bien. No hay que ser muy inteligente, ni una persona maravillosa llena de virtudes para saber distinguir.
El rojo no es azul, y el verde no es amarillo. El mundo no es blanco, y mi mundo no es negro.
Por eso de vez en cuando despliego mis alitas y cambio de lugar. De aires.
Extiendo mi denso plumaje y voy donde siempre.
Donde me lleve el viento.