vampiros
En la vida se suceden una serie de “apariciones” a las que denominamos relaciones. No voy a distinguir entre hombres y mujeres, entre relaciones de pareja o amistad. Al final el sentimiento de rechazo es el mismo.
Se diría que uno tiende a buscar un patrón de comportamiento en las personas de tal manera que sienta utilidad, que sienta control. En mi caso esto se ha repetido a lo largo de toda mi existencia, y al final he tenido la triste sensación de llevar años y años soportando que encuentro lo que busco y que me acaba agotando.
Lo que realmente ocurre es que hay muy pocas cosas que llamen mi atención, estoy acostumbrada a conseguirlo todo porque el destino así lo dispone. Lo malo de que nada llame tu atención, de que pocas cosas te entretengan o te hagan disfrutar es que al final vives engañada porque lo que te rodea debería interesarte ya que lo has elegido tu. Tu. Tu. Tu. Incluso llegas a pensar que el hombre que duerme a tu lado es el que quieres.
Despertar de ese sueño duele.
Duele caer en la duda de haber querido a alguien alguna vez, por lo menos durante un intervalo de tiempo prolongado. En mi opinión sólo amamos con el corazón los primeros 30 días. El resto del tiempo ya todo nos molesta. Así, cuando todo se acaba y suena esa horrible pregunta: pero tu me quieres? Dan ganas de contestar: “Te quise un mes.”
No pongas esa cara porque yo te he querido las 24 horas del día durante muchos muchos meses y lo que me queda, sin embargo esto va unido a una intensa sensación de frío, y ahora después de que todo por fin haya pasado, ayer llego a casa a las 6:00 de la madrugada en pleno mes de Julio y sigo sintiendo el mismo frío. Es injusto.
No creo que yo haya sido caprichosa, quizá si he buscado un patrón y de todos los tipos de personas que hay yo he ido siempre a parar con el mismo. El tipo vampiro. No tienen muchas características comunes, no es un animalillo nocturno, es una sensación. Aquel que te absorbe la sangre hasta dejarte seca, y te deja inerte como una muñequita de trapo con los ojos volados mirando al techo con ganas de caer en un contenedor de basura.
Después de varías extracciones me he dado cuenta que a mí no se me puede sacar mucha sangre, porque en todo caso me faltan unos 10 Kg. de pesode esta, así que me he colgado un cartel emocional que dice: no soy donante.
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