12 abril 2006

Funeral Song

Una espesa cortina de agua me impide ver con claridad. Avanzo en dirección contraría al gentío que, sorprendidos por la lluvia, ha decidido aplazar sus planes para mas tarde, incluso para días después. La presión que siento en el estómago me impide respirar con facilidad. Sólo quiero llegar cuanto antes, ver que no ha ocurrido nada, sólo cuatro rasguños y quizás alguna pequeña herida sangrando en tu cuerpo, pero aún así mis piernas temblorosas no parecen dispuestas a aumentar su velocidad.
El semáforo de peatones cambia de rojo a verde, y cruzo la calle. No puedo evitar mirar la cafetería en que comenzó todo, y ver un esbozo de sonrisa reflejado en el cristal. Lo pasamos tan bien aquel día... Tomé granizado de limón, tú unas fresas con nata. Reímos con tus relatos, algunos veraces, otros inventados... el resto mitad y mitad.
Sigo caminando, y alguien me empuja. Pero qué mas da. Sólo quiero llegar junto a ti, y ver como estás. Ya oigo las sirenas de los coches de policía, no estás muy lejos. Paso junto al parque en el que nos conocimos, cuando éramos pequeños. Me ayudaste a levantar aquel inestable castillo de arena. Siempre me has ayudado aún con las cosas inestables...
Sigo caminando, veo las luces parpadeando a lo lejos. Esta vez, los ojos se me humedecen, la presión de mi estómago aumenta, nace un nudo en mi garganta. Sé que no estás bien...
Llego por fin al lugar, pero me limito a observarlo todo desde varios metros de distancia. En parte por que mis piernas se niegan a avanzar tan solo un poco mas, en parte por que tengo miedo de encontrarte.
Distingo la silueta de tu coche bocabajo, humeando un poco. Los policías hablan por sus walkie-talkie. Se oye la sirena de la ambulancia a lo lejos.
Entonces, te veo. Un cuerpo inmóvil en el suelo. Aunque las gotas de lluvia resbalan por mis mejillas, puedo sentir mis lágrimas mezclándose con ellas.
Comienzo a avanzar hacia ti. De entre mis labios escapa un gemido contenido.
Mis piernas se doblan y caigo arrodillada ante ti. Tu rostro expresa paz... y quizás un poco de dolor... Acaricio tus labios con la yema de mi índice. Luego poso la palma de mi mano izquierda en tu mejilla, y cierro los ojos, como si así el aire pudiera entrar mejor hacia mis pulmones.
Noto tu mano sobre la mía, y te oigo susurrar mi nombre. Al abrir mis ojos te veo sonreír. Pronuncias un silencioso «te amo» y vuelves a cerrar los ojos, para no abrirlos nunca más. Tu mano se separa de la mía, volviendo a caer al suelo por su propio peso. Contemplo tu rostro, tu sonrisa, y sin darme cuenta imito tu gesto. Levanto tu cuerpo y lo abrazo, aun sabiendo que ya no estas en él, que no hay vida en su interior. Vuelvo a suspirar y me levanto, sin volver a mirarte.
Jamás volveré a amar a nadie como te amo a ti.
En ese momento pasó al lado de uno de los policías y, con un fluido movimiento, le quito la pistola. El ruido del tiro apuntado hacia mi sien hace volverse a todo el mundo. Todos observan como mi silueta cae al suelo, y como la sangre sale sin cesar de mi cabeza.
Mientras a mí alrededor todo son curiosidad, gritos, y sorpresa, yo me siento feliz.
Tranquilo, mi amor, pronto estaré contigo.

Blogger Diana said...

que bonito!te suicidarias por alguien?es algo mu dificil,pienso que antes te suicidarias por ti que por alguien aunque de todo puede aber,digo yo.Me encanta como escribes cosas tan impersonales y tan poco genericas,podria ser un tio o una tia quien lo escribe y nunca se sabe la razon de tu escrito,son cosas ficticias?lo aces muy bien sister...
creo q te voy a ir dejando,que soy unpoco pesada...veo que las unicas que trabajamos somos tu y yo en este blog.
te kero sistr!

12 abril, 2006 16:41  

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