La última hora de mi última vida… amándote
No hace ni una hora... No hace ni una hora del desastre... No hace ni una hora de la peor hora de mi vida.
Te has ido, y sé que aunque digas que no, jamás volverás. Sé que este viaje era tu sueño, pero en aquellas nublosas tardes de invierno me decías que yo era tu sueño. Quizás tenias dos sueños y uno se interponía en el otro... Y claro, el perdedor claramente he sido yo.
No quiero sentarme en este banco y pensar en mi vida a partir de ahora. No, he decidido no pensar. En este mismo instante pasa por delante de mi una bellísima mujer, se parece mucho a ti...
Hasta hace una hora yo era el amor perfecto, el amante inigualable, tu ángel de la guarda y tu más pecaminoso deseo... Pero ahora te has ido y no soy más que un loco, borracho y necesitado de amor que busca en este parque la esperanza de vivir.
Todo el mundo me mira, quizás tengo mal aspecto. No, ellos están mirándome a los ojos y en ellos pueden ver el vacío que ahora siento. Mi vida eras tú, y ya no estás, entonces ¿esto es vida? No, sé muy bien que esto es muerte. La vida no es más que el arte de aprender a prepararte para la muerte, pero a mí mi muerte me ha llegado prematura y dolorosa, y aún no he aprendido que significa tristeza, porque hasta hace una hora yo era el hombre más feliz del mundo.
Aún siento la calidez de tu rostro y tus dulces labios, y también puedo ver la amarga mirada del último minuto de la última hora que pasé a tu lado. No fue la tarde más divertida, tampoco la más triste puesto que intentaste hacerme sonreír a cada segundo. Pero si fue la tarde en que tus grandiosos ojos marrones no me miraron de la misma manera, casi me mirabas como a un perro abandonado. Y sé que en tu interior la culpabilidad te conmovía y no sabes cuanto hubiese deseado jurarte que todo iba bien, pero nada iba bien, todo se caía a pedazos.
Ahora ni tus ojos marrones, ni tus dulces labios ni tu amelocotonado rostro me volverán a ver o sentir y sé que yo moriré en tu ausencia mientras tu encuentras a otro joven desquiciado de perrunos ojos marrones y cabello rubio oscuro.
Espero que en tu interior jamás olvides mi rostro y mi alma, que hasta hace una hora era tuya y que ahora viaja justo donde tú estés.
Esta va a ser la última hora de mi última vida puesto que no creo en la reencarnación y espero que algún día sepas que este loco muchacho murió pensando en ti.
Te has ido, y sé que aunque digas que no, jamás volverás. Sé que este viaje era tu sueño, pero en aquellas nublosas tardes de invierno me decías que yo era tu sueño. Quizás tenias dos sueños y uno se interponía en el otro... Y claro, el perdedor claramente he sido yo.
No quiero sentarme en este banco y pensar en mi vida a partir de ahora. No, he decidido no pensar. En este mismo instante pasa por delante de mi una bellísima mujer, se parece mucho a ti...
Hasta hace una hora yo era el amor perfecto, el amante inigualable, tu ángel de la guarda y tu más pecaminoso deseo... Pero ahora te has ido y no soy más que un loco, borracho y necesitado de amor que busca en este parque la esperanza de vivir.
Todo el mundo me mira, quizás tengo mal aspecto. No, ellos están mirándome a los ojos y en ellos pueden ver el vacío que ahora siento. Mi vida eras tú, y ya no estás, entonces ¿esto es vida? No, sé muy bien que esto es muerte. La vida no es más que el arte de aprender a prepararte para la muerte, pero a mí mi muerte me ha llegado prematura y dolorosa, y aún no he aprendido que significa tristeza, porque hasta hace una hora yo era el hombre más feliz del mundo.
Aún siento la calidez de tu rostro y tus dulces labios, y también puedo ver la amarga mirada del último minuto de la última hora que pasé a tu lado. No fue la tarde más divertida, tampoco la más triste puesto que intentaste hacerme sonreír a cada segundo. Pero si fue la tarde en que tus grandiosos ojos marrones no me miraron de la misma manera, casi me mirabas como a un perro abandonado. Y sé que en tu interior la culpabilidad te conmovía y no sabes cuanto hubiese deseado jurarte que todo iba bien, pero nada iba bien, todo se caía a pedazos.
Ahora ni tus ojos marrones, ni tus dulces labios ni tu amelocotonado rostro me volverán a ver o sentir y sé que yo moriré en tu ausencia mientras tu encuentras a otro joven desquiciado de perrunos ojos marrones y cabello rubio oscuro.
Espero que en tu interior jamás olvides mi rostro y mi alma, que hasta hace una hora era tuya y que ahora viaja justo donde tú estés.
Esta va a ser la última hora de mi última vida puesto que no creo en la reencarnación y espero que algún día sepas que este loco muchacho murió pensando en ti.
Pero wno!que te cres?q los tios dirian cosas tan bonitas(cursis)?ja ja ja!en fin..sigue soñando!jajajajaja.Seria bonito q t lo dijeran no tata?salistes mal!tenias que aber sido tio y asi ubieras sido mi novio..q m gustan los morenos..voy a exar la bronca a tu madre!grr jajajaja
ay dios..oy no es mi dia eh?tk sister!beaucoup besious
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